| 1 | Los que confían en el Señor son como el monte *Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. | |
| 2 | Como rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre. | |
| 3 | No prevalecerá el cetro de los impíos sobre la heredad asignada a los justos, para que nunca los justos extiendan sus manos hacia la maldad. | |
| 4 | Haz bien, Señor, a los que son buenos, a los de recto corazón. | |
| 5 | Pero a los que van por caminos torcidos deséchalos, Señor, junto con los malhechores. ¡Que haya paz en Israel! | |