| 1 | *Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación. | |
| 2 | Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios. | |
| 3 | Tú haces que los *hombres vuelvan al polvo, cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, *mortales!» | |
| 4 | Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche. | |
| 5 | Arrasas a los mortales. Son como un sueño. Nacen por la mañana, como la hierba | |
| 6 | que al amanecer brota lozana y por la noche ya está marchita y seca. | |
| 7 | Tu ira en verdad nos consume, tu indignación nos aterra. | |
| 8 | Ante ti has puesto nuestras iniquidades; a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos. | |
| 9 | Por causa de tu ira se nos va la vida entera; se esfuman nuestros años como un suspiro. | |
| 10 | Algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin embargo, sólo traen pesadas cargas y calamidades: pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros. | |
| 11 | ¿Quién puede comprender el furor de tu enojo? ¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe! | |
| 12 | Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. | |
| 13 | ¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros? ¡Compadécete ya de tus siervos! | |
| 14 | Sácianos de tu amor por la mañana, y toda nuestra vida cantaremos de alegría. | |
| 15 | Días y años nos has afligido, nos has hecho sufrir; ¡devuélvenos ahora ese tiempo en alegría! | |
| 16 | ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos, y tu esplendor a sus descendientes! | |
| 17 | Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra de nuestras manos. | |