| 1 | Esa voz me dijo: «Hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte.» | |
| 2 | Mientras me hablaba, el Espíritu entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y pude oír al que me hablaba. | |
| 3 | Me dijo: «Hijo de hombre, te voy a enviar a los israelitas. Es una nación rebelde que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus antepasados se han rebelado contra mí hasta el día de hoy. | |
| 4 | Te estoy enviando a un pueblo obstinado y terco, al que deberás advertirle: Así dice el Señor omnipotente. | |
| 5 | Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero al menos sabrán que entre ellos hay un profeta. | |
| 6 | Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de sus palabras, por más que estés en medio de cardos y espinas, y vivas rodeado de escorpiones. No temas por lo que digan, ni te sientas atemorizado, porque son un pueblo obstinado. | |
| 7 | Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero tú les proclamarás mis palabras. | |
| 8 | Tú, hijo de hombre, atiende bien a lo que te voy a decir, y no seas rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar.» | |
| 9 | Entonces miré, y vi que una mano con un rollo escrito se extendía hacia mí. | |
| 10 | La mano abrió ante mis ojos el rollo, el cual estaba escrito por ambos lados, y contenía lamentos, gemidos y amenazas. | |